Junio 2020.
Con menos de dos décadas en nuestro país, el astillero RO Argentina logró que sus productos sean los más requeridos para la pesca con mosca en la Patagonia, gracias a su versatilidad, durabilidad y diseño. En esta nota, Ron Sorensen, dueño de la empresa, nos cuenta cómo sucedió.
RO drift boats fue inaugurado por Roy Eddins en 1995, un apasionado e innovador pescador que vivía en Idaho, sobre las márgenes del río Henry’s Fork. Fue un negocio de familia. Empezaron desde abajo, construyendo de a poco los tradicionales botes de fibra de vidrio de alto perfil, tipo MacKenzie para guías y pescadores locales. La calidad de su construcción, confiabilidad y duración hizo que los botes se ganaran una buena reputación dentro de la industria de la pesca a comienzos de los años 2000. Este éxito inicial le dio a Roy la confianza necesaria para empezar a pensar en nuevos diseños, lo que puso a RO en el camino de convertirse en uno de los fabricantes de botes de deriva más grandes del mundo.
En el año 2003 Roy lanzó el Skiff original, un revolucionario bote de perfil bajo que terminaría cambiando la imagen y el concepto de lo que un bote de deriva debe ser. En solo un par de años, en todo Idaho, Montana y Wyoming, guías y pescadores se dieron cuenta que un bote más pequeño era más que suficiente para la mayoría de las aguas en donde pescaban y ofrecía una plataforma mucho más liviana, espaciosa y de rápida respuesta.
A pesar de que yo conocía al hijo mayor de Roy, Robert, por haber trabajado juntos para Henry’s Fork Anglers en 1992 y a pesar también de haber visto algún RO en el agua, fue recién cuando vi a un respetado guía de pesca del Henry’s Fork con un flamante RO en el agua, que empecé a hacer algunas preguntas. Lynn Sessions amaba ese nuevo bote y no le alcanzaban los elogios sobre lo bien que el bote podía manejarse, lo liviano que era y la versatilidad que tenía como para llevarlo a lugares de todo tipo. Lynn me contó sobre cómo podía deslizar el bote sobre la costa, flotar nuevas secciones, incluso aguas blancas y difíciles como The Cardiac Canyon. La temporada siguiente tuve uno y a la semana supe que este era el bote para traer a Patagonia. Estos Skiff eran tan buenos en el viento, que era obvio que funcionarían bien en Patagonia y con su escaso peso también resultaban perfectos para meterlos y sacarlos del río en cualquier acceso. Podría arrastrar el bote con un amigo sobre las rocas y de ser necesario, levantarlo y pasarlo sobre un alambrado.
Después de investigar sobre cómo importar a la Argentina, fue bastante obvio que el costo de traer varios botes era prohibitivo. Fue idea de Roy construir un molde para nosotros y enseñarnos a construir estos botes. Fue en ese momento, Agosto de 2004, que nace RO Argentina. Pasé dos meses como aprendiz de Roy y para Octubre del mismo año ya teníamos nuestro primer molde embalado y en camino a la Argentina. La aduana fue una pesadilla, pero finalmente pudimos tener el molde en el galpón de uno de los sobrinos de mi esposa en Mar del Plata y el primer Skiff ensamblado a tiempo para la temporada del 2005. Al mismo tiempo, Robert tomaba las riendas del negocio de Roy y se mudaba con la fábrica a Bozeman, Montana. Fue él quien nos invitó a mantener el nombre y el logo de RO y continuar la producción con nuevos modelos como el Deville y el Tailwater Skiff. En Marzo, volvimos a Mar del Plata y construimos el primer bote hecho enteramente en Argentina. Todavía me acuerdo que después de terminar el casco en un galpón con suelo de tierra, algunos escarabajos se pegaban en la resina aún fresca y debíamos lijar todo nuevamente al día siguiente.
En el año 2005 nos mudamos a un galpón más adecuado a nuestra actividad, en donde construimos botes por 10 años consecutivos. El primer bote que vendimos fue para un gran amigo y guía en San Martín de los Andes, convenciéndolo de la dureza del casco golpeándolo varias veces con una llave francesa!! En el año 2015 trajimos al país el modelo Deville, un bote tipo MacKenzie pero de perfil más bajo y mudamos la fábrica a San Martín.
Mientras que RO USA comparte con nosotros de manera constante nuevas técnicas e ideas, y Robert nos ha visitado en varias ocasiones, trabajamos en mejorar el Skiff original haciéndolo más ancho pero sin agregar mucho peso. El resultado fue el Patagonia Skiff. Un bote con el doble de capacidad para guardar cañas y la posibilidad de caminar por dentro sin afectar la estabilidad.
A pesar de que ha sido un difícil desafío navegar entre la burocracia de los permisos de construcción y otros papeles necesarios para convertirnos en un astillero reconocido por las autoridades, hemos sido capaces de vender más de 70 unidades. Hasta ahora tenemos botes desde Santa Cruz hasta Aluminé y hemos podido exportar algunos a Chile. Esperamos que en el futuro, la exportación a Chile se vuelva más fácil, dado que es un mercado muy grande y solo del otro lado de los Andes. También nos encantaría llevar algunos botes al Norte argentino, perseguir algunos dorados y ofrecer nuestros productos a guías de esa región. Es algo que nunca hice y está en mi lista. Nuestros botes no son los más baratos del Mercado, pero los estamos vendiendo a menor valor que si compraras el mismo bote en Montana, y a excepción de los asientos con exactamente los mismos componentes.
Es maravilloso ver botes de más de 10 años yendo al río cada mañana de verano, sabiendo que hemos producido un producto confiable y duradero. Soy muy afortunado por haber tenido el apoyo de mi esposa Vanesa por un lado y la oportunidad que nos dio RO USA, ya que si su conocimiento, extensa experiencia y poyo, no hubiéramos sido capaces de hacer realidad este proyecto.