LA VIDA EN UNA ESCAMA



Por Javier Urbanski. Agosto 2020.


La información que los biólogos obtienen a partir de los estudios de escamas de los peces (léase estudios lepidológicos), es más interesante de lo que muchos pescadores imaginan. En esta nota , una breve explicación de cómo se puede interpretar la información contenida en una escama y qué nos puede decir sobre una población de peces.


El uso de las partes duras del cuerpo de distintos animales para determinar su edad y otros parámetros que hacen a su historia de vida, está ampliamente difundido en todo el mundo. En el caso de los peces esas partes duras son principalmente dos: huesos del oído medio (otolitos) y escamas, aunque en menor medida también está difundido el uso de vértebras, huesos dentarios y huesos operculares. La facilidad con la que alguna de estas partes puede darnos cierta información varía de una familia de peces a otra, e incluso puede variar entre especies. En el caso de la familia Salmonidae, la cual agrupa a truchas y salmones de todo el mundo, el uso de escamas es el más difundido.
Generalmente edad y crecimiento están asociados íntimamente en estudios ictiológicos y de manejo de pesquerías. Mientras que la edad es una manera de medir cuantitativamente un segmento de tiempo en el cual el pez ha vivido, el crecimiento mide el cambio en el tamaño corporal o de alguna parte del cuerpo a lo largo de un período dado de tiempo. Ambos parámetros tienen una enorme importancia no solo como indicadores del estado del individuo o la población en estudio, sino también del ambiente en donde los peces se desarrollan.
A través del estudio de escamas, somos capaces de conocer principalmente la edad del pez, el crecimiento a lo largo de su vida, su comportamiento migratorio entre distintos tipos de ambientes y su historia reproductiva.
La técnica de lectura de escamas está basada en la interpretación sobre éstas, de variables ambientales que afectan el crecimiento, básicamente la temperatura del agua en las distintas estaciones del año. A medida que el pez crece, anillos concéntricos de carbonato de calcio son depositados sobre el borde de la escama, dándole de esta manera un diámetro mayor en relación directa con el tamaño corporal. La sucesión de estaciones de rápido y lento crecimiento durante el año, determina la formación de marcas anuales en la escama, las que se observan como una banda de anillos más apretados entre sí que se suceden entre bandas de anillos menos apretados. El espacio entre estas marcas anuales puede ser utilizado como un buen indicador del crecimiento, lo cual a su vez nos ayuda a determinar el tipo de ambiente en el cual el pez vivió en las distintas etapas de su vida.

Hipotéticamente, gracias a un completo y bien diseñado estudio morfométrico y lepidológico sobre una población podríamos elaborar un diagnóstico que incluya los siguientes parámetros:


• Estructura de edades de la población
• Mortalidad y tasa de sobrevivencia
• Subpoblaciones migratorias y residentes
• Porcentaje de individuos que migran a distintas edades desde el desovadero a otro ambiente
• Edad de maduración
• Repetición de desoves
• Crecimiento registrado para cada año de vida
• Distintas combinaciones de las variables anteriores


Otros fenómenos más complejos también pueden ser estudiados a través del análisis de escamas, tales como falsas marcas anuales, número de anillos de crecimiento por año y posibles ambientes de origen de los individuos.
Es importante destacar que no todas las escamas son útiles para realizar este tipo de estudios y que incluso las mejores elegidas presentan un margen de error. La formación de escamas sobre el cuerpo de los peces se presenta a distintas edades dependiendo la especie, el individuo y el ambiente. Por ejemplo para truchas marrones y arco iris del Río Limay Medio, las escamas aparecen cuando los alevinos tienen una longitud de entre 3 y 4 cm. Puesto que el origen de las escamas no es simultáneo en todo el cuerpo del pez, existen algunas que brindarán mayor información que otras, ya que han acompañado el crecimiento del individuo por más tiempo.

Tanto la extracción como la preparación de las muestras para ser estudiadas es un proceso relativamente fácil comparado con otras técnicas. Sin embargo se requiere fundamentalmente de mucha experiencia en la lectura e interpretación de la información contenida en la escama para obtener resultados confiables.
No cabe duda que las escamas se encuentran dentro de las mejores herramientas con las que contamos para el estudio de los peces y su entorno gracias a la cantidad de información que pueden ofrecernos, la durabilidad de las muestras, la facilidad con las que pueden ser extraídas y el mínimo daño que se produce al pez en estudio.

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